15 Feb Inferiores teniendo superioridad
HAUSKAITZ K.K. 0 – 2 C.D. MARIANISTAS
Preferente Grupo 1 jornada 2
La poca preparación que el equipo pudo realizar generó dudas en la previa al partido, problemas físicos que impidieron tener a toda la plantilla disponible para el redebut, poco tiempo para trabajar las nuevas ideas de juego que dejaban la puerta abierta a errores… sin duda una previa marcada por las dudas, que para alegría del cuerpo técnico con el pitido inicial se disiparon.
Los locales llevaron el partido a donde quisieron, obligando al rival a entrar en este juego. Si bien es cierto que puntualmente el Marianistas creó algunas ocasiones aisladas, una de ellas con el premio del gol, las sensaciones eran buenas, creando peligro y con una gran actuación de los titulares siguiendo bien el guion. Cerca del descanso fue cuando el apartado psicológico detonó en nuestra contra, con una acción puntual donde al recibir una falta los locales, y pretender aprovechar la ley de la ventaja, el árbitro detuvo el juego con la mano en el bolsillo y, tras percatarse de que era la segunda amonestación para el jugador visitante, se guardó la cartulina limitándose a conceder tiro libre. Acción que ningún jugador comprendió y les hizo descentrarse; «comprendo y comparto que no quiera condicionar el partido en la primera parte en una acción que tampoco debía tener transcendencia; pero hubiésemos agradecido que acabase con la polémica con una breve explicación.» – declaró el entrenador.
A los pocos minutos de comenzar el segundo tiempo llegó la expulsión del jugador visitante tras una entrada tardía, y al poco señaló pena máxima a favor del Hauskaitz. Si el partido en ese momento ya era un polvorín a raíz de las acciones anteriores, al errar el penalty, el equipo local psicológicamente falló, entrando en el juego que al visitante le interesaba, dejando de lado lo entrenado y buscando el gol por una vía que no era nada beneficiosa para ellos, por lo que los visitantes pudieron defender el segundo tiempo de forma cómoda. Curiosamente, la superioridad de la que disponían los locales fue desaprovechada teniendo menos presencia en el partido que mientras jugaban contra 11. En la recta final, sin que los cambios consiguieran el efecto deseado, y ya con la idea clara de acumular efectivos en el área contraría, los visitantes hicieron el gol de la tranquilidad en una contra.